domingo, 13 de mayo de 2012

Crear un libro táctil


Las ilustraciones táctiles son aquellas hechas para ofrecer información táctil relacionada con la historia del libro. Son importantes para los niños ya que ayudan al desarrollo del sentido táctil y espacial. Además estimula el universo sensorial como el que nos introduce a la posibilidad de comunicar y entender el mundo potenciando las demás vías somático-sensoriales. El objetivo de los libros táctiles es comunicar una idea de un modo bidimensional o tridimensional, donde las ilustraciones ayudan a la comprensión del contenido de la historia, enriqueciéndola.

Propuestas didácticas:
Antes de empezar la actividad, prepare libros en blanco que los niños puedan personalizar más tarde. Tome 10 hojas de papel blanco y coloque una hoja de papel de construcción encima y otra debajo. Sujete todas las hojas juntas y átalas con un poco de lana. Dele un libro en blanco a cada niño y explícale que lo podrá personalizar como el quiera para crear un libro táctil. Cada niño puede crear un libro de cualquier tema que él mismo elija y también la textura.
Después de que los niños han elegido como realizar su libro deberán pegar las imágenes en el orden que deban aparecer en el libro y la textura con pegamento, también podrán escribir alguna palabra.

Cuando hayan terminado, permítales que tengan la experiencia de leer su libro y el de los demás compañeros con los ojos cerrados. ¡Verás que sensación mas placentera se llevan!

Respeto al hablar, se educa desde pequeño


Muchos niños hablan sin respeto a padres y profesores. Pero para que los hijos hablen bien, no sólo se les debe enseñar desde pequeños, también los adultos deben dirigirse a ellos con respeto.

Si un padre trata con respeto a su hijo, él hará lo mismo. Pero también si ve que nosotros somos amables y educados con los vecinos, con compañeros y con amigos, para ello:

- Educa desde pequeño a los niños a dirigirse con respeto a los mayores
- Trata con educación a tus hijos y evita palabras hirientes
- No permitas que un niño, aunque sea pequeño, tenga salidas de tono cuando hable con un adulto
- Da ejemplo cuando hables con otras personas
- No te rías cuando diga una mala palabra o conteste de malas formas, aunque haya tenido gracia
- Enséñale que con palabras se puede hacer daño a la gente


Continuación de un relato:
En una gran selva, de la América del Sur, con un calor húmedo y la misma temperatura durante el día y la noche, sin importar la época del año, estaba llena de vegetación y una gran diversidad de especies tropicales que hacía del entorno un marco incomparable.
La lluvia era constante, con intensidad variable, iba de las lloviznas cortas, hasta fuertes tormentas acompañadas de vientos y relámpagos.
Esto es algo natural para las tribus que viven en la selva, pero sobre todo para una que llevaba esperando el agua durante dos lunas. Parece increíble pero incluso en la selva escasea el agua y para la tribu de Abeytu era un gran problema. Una noche todos los niños de la aldea se reunieron fuera de ella y cada uno quiso dar una solución para atraer otra vez el agua. Sin darse cuenta el peligro que corrían, se adentraron demasiado y se alejaron mucho de su aldea…

Cuando vieron, que todo aquello que les rodeaba, les era desconocido, no les quedo más remedio, que hacer aquello que mejor sabían hacer… cantar.

Se tiraron horas y horas cantando “Ua ua, yili yua, cua cua, remi bua” que es algo así cómo, “nuestra suerte está echada”. Fueron tantas horas las que emplearon en cantar que sin darse cuenta se quedaron profundamente dormidos. Al fin, uno de ellos se despertó, más que nada porque una grande y gorda gota calló en su frente, y tras ella, una u otra más… ¡Estaba lloviendo! Se puso de pie de un salto y se lo despertó violentamente a sus amigos, no se lo podían creer, era verdad que estaba lloviendo, y, para lo que era más asombro, estaban otra vez en su tribu; no sabían como habían llegado allí…

Durante los años, se comentaba y se especulaba sobre como había podido suceder tal milagro… y con el tiempo esta historia, que era tan difícil de explicar, se convirtió en una leyenda, “la leyenda de los Abeytu, los niños del agua”.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Relatos cortos


Relato presentación, nudo y desenlace
Margarita es muy delgaducha, tanto que me recuerda un poco al fideo bien cocido, de esos que prepara mamá los sábados y que apenas los coges se parten en dos. Lleva siempre atado en sus manos de papel, un enano y ridículo globo color berenjena, para poder mantenerse siempre sujeta sobre sus pies. El pelo, lo lleva en una cinta naranja chillón, que hace el mismo daño, que una puesta de sol en pleno mes de agosto. Viste un poncho de flores feas y apagadas como las que tiene la señora Casimira en su jardín, que de tanto mirarlas, las ha absorbido el color y el olor. Sus ojos son dos aceitunas bien negras con pestañas como patas de araña y su boca dividida en dos labios del mismo color que un día nublado. Su perfume arroz con leche, como el que hace la abuela para merendar. Empiezo a creer, que todas las mañanas se echa un poco por encima, ya que sabe, que me vuelve loco ese olor. Cuando acaricias su pelo, encuentras casi siempre un poco de canela, lo que aprueba mi teoría anterior. Desde, la última vez que comí tortitas con lacasitos, no la he vuelto a ver, y ya es raro, porque pocas veces me dejan comerlas con lacasitos. Estoy algo asustado. ¿Y si se ha soltado el globo? Habrá salido volando, como un principiante pajarillo, que no sabe a donde ir. Que va, ¿cómo se le va a soltar el globo? Lo llevaba bien atado, lo malo es si ha explotado, entonces ya no habrá vuelta atrás. Mira que le dije que no se acercara a las zarzas del  señor Telesforo, ya sé que le gustaban mucho las uvas esas raras de color cocido, pero es muy peligroso porque alrededor de cada una, había mil y una patas de ciempiés dispuestas a explotar globos como aquel. Bah, estoy más que seguro, se acercó y echó a volar sin su globo y sin esperarme. A día de hoy vivo mirando a donde se posan los pájaros, por si en algún extraño momento la veo volar entre ellos. Por ahora nada, sólo he creado burlas e insultos de mis amigos, por vivir con la cabeza hacia arriba, pero... quien sabe, a lo mejor algún día la vuelvo a encontrar... 

Relato descripción y diálogo
Mi patio de casa es feo como la verrugas negras de las brujas y apenas tiene luz. Parece como si el cielo se hubiera cerrado para dentro y no quisiera que los niños de Blanchett estuvieran morenos en su vida.  Parecemos fantasmas chupasangres de lo blancos que estamos. Otros pueblos tienen la gracia de llamarnos los “sinvida” porque nuestra piel hace daño hasta al verla y parece que, poco a poco te va chupando las ganas de vivir. Con todo y esto, no nos tienen miedo, se ríen, de que nuestro esqueleto, simule al polvo de tiza, sumamente blanco y débil como ella, y que nuestro pelo sea tan, contradictoriamente negro, como los trajes de los muertos. Pero un día aparecieron ellos, “los zanahorios” como les apodaron en seguida. Su mote, no fue muy original la verdad, viene, como es obvio de su pelo color zanahoria y su piel paliducha. En algo nos parecíamos.
_Hola. ¿Qué estás escribiendo?-susurró una voz desconocida-.
Levanté mi pelo color cuervo de mi cuaderno y vi un cuerpecillo con patas y pelo zanahorio. Me le quedé mirando un rato. Que de pecas tenía en la cara. Empecé a contarlas una a una, aunque era difícil, pues estaban todas situadas desordenadamente por su nariz…
_ ¿Oye, hay alguien hay?_ golpeó mi cabeza suavemente a modo de puerta-.
Nunca había visto un zanahorio de cerca. Su piel era tan pálida como la nuestra pero estaba manchada por aquellos puntitos rojos a modo de pecas que le hacían resultar gracioso y atractivo y que antes, había intentado contar. Me limité a susurrar un…
_Sí.
_ ¡Ahhh!, pensaba que te ibas a tirar todo el día contándome las pecas. ¿Qué estas escribiendo?-dijo resueltamente-.
Parecía mentira que un niño de unos 11 o 12 quizás, prestase tanta atención a lo que hago. Nunca nadie antes, se había parado unos minutos sobre mí. Desde ahí hemos sido inseparables. Los niños del pueblo de al lado, siempre que nos ven musitan…
_ ¡Hay van! El zanahorio y la “sinvida”, valla combinación más bonita- y se ríen descaradamente de nosotros, como si nos importase algo-.

Relato 3 líneas
La casa es agrietada y oscura. Tiene cinco ventanas mal puestas y situadas de forma desordenada. El jardín resulta inquietante. En él solo se ven matorrales que necesitan un buen podado, y hojas marchitas que llevan toda la vida hay puestas, pero cuando entras en él, da la sensación…

martes, 24 de abril de 2012

Una noche en la librería de babel

Madrid celebra la Noche de los libros con decenas de citas culturales, descuentos y un sinfín de autores firmando sus obras.
Ayer se celebró la séptima edición de esta cita, que este año rendía homenaje al escritor británico, Charles Dickens, por el bicentenario de su nacimiento.
181 librerías y más de 600 escritores han participado en el maratón cultural.
Increíble pero cierto

lunes, 16 de abril de 2012

Descripciones

Descripción de un lugar maravilloso
El lugar que sin duda me parece más increíble, es el banco que hay justo detrás de la colina de Gredos, mi pueblo. Desde ese banco se observan  los paisajes más extraordinarios que he podido contemplar. Cuando amanece, y el sol empieza a iluminar todo el campo, se puede observar la multitud de flores silvestres, destacando con todo su color. Al atardecer, desde allí puedes ver, como todas las casitas se van encendiendo con el fuego de las chimeneas y te impregna un olor  a castañas asadas y a leña quemada, aunque, sin embargo, mi momento preferido es cuando cae la noche en pleno invierno. Entre grandes pinos y blanca nieve, se puede apreciar todo aquello que en la ciudad es imposible de vislumbrar, las estrellas. Miles y miles de estrellas que me recuerdan a las historias que  de pequeña me contaban y que hoy en día siguen haciéndome soñar.

Descripción de un compañero
Soñadora. Vive siempre en las nubes. Generosa. Te invita a vivir en sus nubes. Natural. Tiene el don de saber cuando sacar su lado más aniñado y cuando ponerse al mando de la situación, aunque casi siempre tiende a predominar el primero. Alocada. Tiene esas ideas descabelladas con las que consigue convencerte para que cometas la correspondiente locura. Alegre. Sabe hacerte reír de la manera más absurda, de las situaciones más absurdas. Orgullosa. Siempre tiene que decir la última palabra de todo. Divertida. Le da igual hacer el ridículo con tal de hacerte reír. Imprevisible. Nunca sabes que locura podrá estar tramando. Extraordinaria. No teme los retos si no que los hace divertidos. Atractiva. Te atrae a su mundo por completo y cuando entras, ya no quieres salir de él. Y por último Excepcional. Es de esas personas que siempre tiene algo que dar y que nunca te deja indiferente.

Autorretrato
Adoro el caos. Aunque a veces prefiero la calma y la tranquilidad. No soy de las que se rinden fácilmente. Idealista, de principios a los cuales soy fin a ellos, aunque no sé si es lo que transmito realmente. De ojos siempre abiertos y redondos como canicas, dispuestos a captar cualquier mínimo detalle que ocurra a mi alrededor. Luchadora y fuerte por todo lo que he vivido, aunque suene algo utópico. ¿Alocada? Casi siempre, aunque intento hacerme ver, que lo tengo todo bajo control. Con cuatro pecas mal puestas, que se aprecian cuando sale el sol. Un poco orgullosa, aunque no me guste reconocerlo. Muy cabezota y demasiado soñadora. Con el labio superior ligeramente más pequeño, aunque a simple vista seguramente lo pases por alto. Me encanta buscar sentido a todo, o por lo menos, darle mi particular sentido a las cosas. La paciencia es uno de mis restos. Odio tanto las injusticias y lo amoral, que al involucrarme más de la cuenta, hace que mi cara se empiece a redondear incluso más de lo normal. De pequeña mi constitución era tan extremadamente delgada, que incluso las mayas ajustada me hacían bailar las piernas.