lunes, 14 de noviembre de 2011

LEER UN CUENTO ES...


Hace poco tiempo leí un artículo muy curioso que me gustaría compartir con vosotros, decía lo siguiente:
“Leer un cuento nos enseña a disfrutar, a crear, a imaginar, a soñar, a sentir el color, el calor y la proximidad de las palabras. Narrar un cuento nos abre la puerta al conocimiento y a la cultura.
Muchas veces decimos que leemos por placer, se habla del placer de la lectura y se considera deseable que nuestros niños y niñas puedan, desde pequeños, sentir lo mismo.
Pero ¿cómo se enseña el placer de la lectura?
Probablemente no se pueda enseñar “el placer de la lectura”, pero sí se pueden señalar o “descubrir” los caminos que recorre el lector mientras lee o disfruta de la lectura. Se puede preparar la red, se puede crear el puente con solo acercar un libro.
Para que este proceso se produzca, nosotros, como padres y maestros, tenemos que generar “la magia”. Un espacio, un momento propicio, una rutina elegida. Luego, y a medida que este espacio se llene de experiencias, el deseo y la actitud lectora surgirán naturalmente y en muchos otros momentos. Y no solo porque nosotros les acerquemos libros, sino también porque ellos, niñas y niños, los lectores que están creciendo, tomarán la iniciativa. Esta entrega de Cuentos brindará una excelente herramienta para tejer esa red: cada cuento generará nuevos recursos para nuevas lecturas palpitantes e iluminadoras.
Sentados en corro, entre amigos, ante la maestra, o entre los brazos de padres o abuelos, cada texto desafiará el mundo interior de los pequeños, que siempre deja espacio para abrir u nuevo escenario de sueños”.

martes, 25 de octubre de 2011

¿Qué es la literatura?

 
La primera palabra con la que empezaría definiendola sería ARTE. 
Pero, ¿qué es exactamente el arte? 
Según la RAE: "Manifestación de la actividad humana mediante la cual se expresa una visión personal y desinteresada que interpreta lo real o imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros". 
Por lo tanto, según mi opinión, la literatura es una arte, ya que su recurso principal es la palabra con la que se crean obras, que hablan sobre ella. Es la transmisión de ideas y valores que componen la literatura a lo largo del espacio y del tiempo. Y desde una visión todabía más personal, es la manera de dar a conocer a los demás, una serie de vivencias, emociones y sentimientos con las que el autor te puede llevar a los lugares más sorprendentes e inimaginables.

martes, 18 de octubre de 2011

Eres una maravilla : )


Cada segundo que vivimos
es un momento nuevo y único del Universo,
un momento que nunca se repetirá.
Y ¿qué les enseñamos a nuestros hijos?
Les enseñamos que dos más dos son cuatro,
y que París es la capital de Francia.
¿Cuándo les enseñaremos también lo que son?
Debemos decirles a cada uno de ellos:
¿Sabes lo que eres?
Eres una maravilla. Eres único.
En todos los años que han pasado,
nunca ha habido un niño como tú.
Tus piernas, tus brazos,
tus inteligentes dedos, 
la manera en la que te mueves.
Puede ser que te conviertas
en un Shakespeare, Miguel Ángel o Beethoven.
Tienes la capacidad para todo.
Sí, eres una maravilla.
Y cuando crezcas,
¿puedes entonces hacer daño a otro que como tú, es una maravilla?
Debes empeñarte,
debemos todos empeñarnos,
para hacer que el mundo sea digno de nuestros niños.

PAU CASALS

 
 

Historia de un rico mercader


“Érase una vez, en Bagdad, un criado que servía a un rico mercader. Un día, muy de mañana, el criado se dirigió al mercado para hacer la compra. Pero esa mañana no fue como todas las demás, porque esa mañana vio allí a la Muerte y porque la Muerte le hizo un gesto.

Aterrado, el criado volvió a casa del mercader.

-Amo -le dijo-, déjame el caballo más veloz de la casa. Esta noche quiero estar muy lejos de Bagdad. Esta noche quiero estar en la remota ciudad de Ispahán.

-Pero ¿por qué quieres huir?

-Porque he visto a la Muerte en el mercado y me ha hecho un gesto de amenaza.

El mercader se compadeció de él y le dejó el caballo, y el criado partió con la esperanza de estar por la noche en Ispahán.

Por la tarde, el propio mercader fue al mercado y, como le había sucedido antes al criado, también él vio a la Muerte.

-Muerte -le dijo acercándose a ella-, ¿por qué le has hecho un gesto de amenaza a mi criado?...”

-Eso es algo que deberás descubrir por ti sólo, ya que en ésta vida, las cosas más importantes y valiosas que aprendemos, son las que descubrimos por nosotros mismos.
Si bien, te daré tres días como máximo para que medites sobre ello. Al tercer día deberás venir aquí y relatarme lo que has pensado. Yo te escucharé con atención, y si veo que tu respuesta es adecuada, os perdonaré a tu amigo y a ti la vida.

El mercader, ante esta angustiosa charla con la muerte, se puso a meditar profundamente en ello.

Tras una agitada noche de comederos de cabeza, no llegó a ninguna conclusión acertada, por lo que ya había agotado un día, de los tres que le había concedido la muerte.

El siguiente día, amaneció muy temprano, y consiguió su primer hallazgo: delante de uno no se puede caminar muy lejos- y se dijo a sí mismo- dos personas, pensarán  mejor que una.
De esta manera partió en busca de su criado, para poder preguntarle a él, aquello que no era capaz de descubrir por sí sólo.

Caminó, caminó y caminó, y se dio cuenta que con tanta prisa, se le había olvidado preparar lo más importante, el hatillo para su viaje. Cansado pues, y muerto de hambre y sed, se paró a descansar a la sombra de una hermosa palmera; cual fue su sorpresa, al ver pasar por allí a un mendigo que se estaba comiendo un mísero trozo de pan.

-Mendigo- ¿sabrías decirme donde hay alguna posada para tomar un suculento almuerzo?

-Sí, pero a juzgar por tus ropas raídas, tu pelo desgreñado,  y tus labios cortados, no debes de ser muy rico para poder permitírtelo.

-Se equivoca, si tengo las ropas raídas es a causa de andar y andar para llegar a Ispahán., mi pelo está así, por las ventiscas que se levantan por aquí, y mis labios cortados por falta de fuentes para beber, pero yo soy un rico mercader.

-Te creo porque a mí me han juzgado muchas veces por la apariencia física, pero las personas ricas no te creerán.

Sorprendido, ante aquella revelación del mendigo, no quiso creer, pero al llegar a la posada, se encontró con la realidad que le había intentado explicar, aquel mendigo.

-Mendigo, tenías razón, no me han creído, y lo peor de todo es que ahora estoy muerto de hambre y de sed y no tengo dinero aquí para comprar nada- dijo angustiosamente el mercader-

El mendigo, a pesar de no tener más que un trozo de pan que llevarse al día, lo compartió con el mercader a partes iguales.
Después de haber saciado un poco el apetito, continuó su marcha, un poco más animado.

Empezó lentamente a anochecer, y a su pasó se encontró con un curioso niño que no paró de preguntar.

-          ¿Y que hace usted por aquí señor? No parece que este sea su poblado.

-          Efectivamente has dado en el clavo, jovencito. Yo vengo desde Bagdad, y estoy intentado alcanzar a mi criado, antes de que se aleje cada vez más, pues, debo volver a casa, mañana cuando amanezca.

-          Ah! -exclamó el niño sorprendido- ¿Y cómo es su casa Señor?

-          Mi casa- rió el mercader- oh niño, mi casa es enorme. Tiene 3.000 hectáreas, poseo además 50 camellos bien resistentes, un rebaño de 200 ovejas, 40 ánforas para meter los más prestigiosos vinos y todo un almacén de las mejores alfombras hechas por el mismo Ala Jil.

-          Oh! -dijo el niño un poco desanimado.

-          No te veo muy sorprendido niño curioso.

-          Oh! Señor, es que mi casa es mucho mejor. Es dorada como el sol cuando amanece, roja como el vino cuando atardece, y azulada cuando anochece. En las tardes de verano, nos visitan los pájaros todos los días, y nos cuentan sus hazañas, y en las noches de invierno, el olor, a leña quemada y a las castañas haciéndose por Mamá, es el mejor manjar que hayas podido probar. Los días de fiesta, son incluso aún mejor porque Papá trae la comida más rica del lugar. Si quiere, puede venir a cenar, mi madre y mi padre estarán encantados de conocerle.

El mercader, intrigado ante tal casa relatada, quiso ir a ver si era mejor que la suya, y aceptó la invitación, pero cuando llegó y vio que aquella casita de pueblo no ocupaba más que el rebaño de sus ovejas se decepcionó muchísimo. Sin embargo aceptó la cena que le habían ofrecido porque tenía un hambre voraz. Después de charlar y divertirse un poco le ofrecieron una cama donde dormir. Agradecido la aceptó, y se marchó de madrugada para llegar a tiempo ante la temida muerte.
Vaya mala pata, no he conseguido descubrir nada por mi sólo, y lo peor es que no tengo tiempo para seguir buscando a mi criado. Tendré que volver ante la muerte… -medio sollozó el pobre mercader-

A esto que le oyó un caminante que pasaba por allí.

-          Buenos días caballero, ¿le oí sollozar a usted tal vez?- preguntó el caminante-

-          Por supuesto que no caballero, estaba cantando una canción melancólica, nada más- musitó el mercader, que no era capaz de admitir que una persona como él llorase-

-          Insisto caballero, creo que usted estaba llorando. ¿Qué le apena si se pude saber? Sólo quiero ayudarle.

-          Y yo le vuelvo a repetir que no era nada.

-          Como quiera, pero creo que contando sus problemas muchas veces se ven mejor de lo que son. Yo también he tenido los míos, y al contárselos a mi señor y fiel amigo, conseguí dar con la solución más adecuada.

-          ¿Es usted un criado? –preguntó asombrado el mercader-

-          Sí.

-          Pues no lo aparenta tal y como habla.

Y así con esa frase concluyó, pues no quería perder el tiempo con un simple criado.
Llegando ya al punto de encuentro entre la muerte y él, no paraba de pensar en que le podía contar a la muerte, si no había averiguado nada.

-          Y bien, ¿Qué me tienes que contar mercader? ¿Has conseguido descubrir algo por ti sólo? -se burló la muerte-

-          Pues… la verdad es que… -susurró el mercader, y se acordó de las tres personas con las que se había encontrado- No, no he aprendido nada yo sólo.

-          ¿Ah no? –intrigada preguntó la muerte-

-          NO –dijo rotundamente el mercader- Todo lo que he aprendido, ha sido por los amigos que he ido encontrando en el camino. El Primero, el Mendigo, me enseñó que “no hay que juzgar a los demás por su apariencia” ya que él, en su interior albergaba una gran solidaridad a pesar de su pobreza. El Segundo, el Niño, me hizo comprender que “todo depende del valor que tú le des a las cosas”  ya  que, él, veía su casa como algo importante y valioso por el valor emocional que le la había dado, y no como yo, que solo le atribuía riquezas. Y por último, el Criado,  me ayudó a ver, que cada persona es única, que no hay dos iguales que se parezcan, y que por lo tanto, de cada una podemos aprender algo importante.

Asombrada la muerte ante tal respuesta se fue por donde vino, y prometió llevárselos con ella, sólo cuando la vejez pudiese con ellos. El criado por su parte, al enterarse de la proeza de su amigo el mercader, quiso volver con él para que se lo contase todo con pelos y señales.


Mi vida en un sms de 160 caracteres

Entre grands pinos y blnca nieve, m nseñaron el verdadero olor d lo q llamamos hogar. Pra mí, 1olor a leña quemada, a castañas asadas pra resguardrse dl frío, a luxar cn las zarzas pra cger moras…

 

lunes, 10 de octubre de 2011

sueños de pecera : )

La vida se reduce a unos pocos sueños que todos tenemos y
que queremos creer que un día se harán realidad.
Puedes navegar en un barco cargado de sueños a la espera de cumplirse,
puedes volar por un inmenso cielo azul para que te iluminen los rayos del sol,
puedes ser un pirata, el cual, quiere enfrentar la vida de nuevo después
de ver naufragar su barco,
puedes encontrarte en un país en el que,
cualquier camino que elijas,
será el adecuado,
porque cada uno de ellos te aguarda algo especial,
puedes ser también aquella princesa que quería dejar de ser princesa
para convertirse en alguien nuevo por descubrir,
incluso convertirte en un ciempiés,
y recorrer el mundo con todos tus pies desde otra perspectiva.
Los sueños son por tanto algo,
demasiado importante en cada uno de nosotros como para dejarlos escapar.

Yo soñé con ser maestra. 

¿Qué mejor manera de que te regalen sonrisas verdaderas nada más comenzar el día? :)